Soñar para entrenar

09.04.2014 15:59
ÉXODO DE ENTRENADORES ESPAÑOLES.
 

Está claro que ser entrenador no es fácil, y hacer de un banquillo deportivo tu profesión mucho menos. Si a eso le unimos que corren tiempos difíciles, escasean los patrocinadores, desaparecen equipos por falta de liquidez y cada año son más los entrenadores cualificados de nuestro país, pues resulta que se convierte en una lotería poder hacer del baloncesto una "gran lotería".

 

En el otro lado de la balanza está el prestigio que se nos presupone a los entrenadores españoles más allá de nuestras fronteras. Los éxitos de nuestras selecciones nacionales ha contribuido a que la imagen del preparador español esté muy bien vista y valorada. (ahora somos como los entrenadores balcánicos en los años ochenta, que donde iban encontraban trabajo).

 

¡¡¡Y menos mal!!!

 

¿Por qué menos mal? Pues porque los más afamados entrenadores españoles han ido comprobando como la "rueda" se hacia cada vez más pequeña y ellos se quedaban fuera. Unas veces porque los directivos de nuestros equipos punteros están hartos de los mismos nombres y otras porque confiaron sus proyectos a gente joven y ésta respondió a la perfección (¡en otras ocasiones no tanto, pero siguen ahí!).

 

Es imposible citar todas las personas que se encuentran trabajando en el extranjero (y digo personas porque no son solo entrenadores, también los hay preparadores físicos, fisioterapeutas, entrenadores ayudantes, manager,...), pero entre todas ellas podríamos destacar a los más exitosos casos de Paco Olmos y Sergio Valdeolmillos en Puerto Rico y México respectivamente; Zapata y Sergio Sánchez en Tetuan, Aránzana en Venezuela, Piti Hurtado en Japón, Pep Claros en Cancún, Iván Déniz en México, Edu Torres en Argentina, Raul Jiménez en Hungría... y eso sin citar a los menos conocidos porque no han tenido la suerte de poder entrenar en ACB.

(Piti Hurtado en el Levanga Japonés y Paco Olmos con la selección de Puerto Rico)
 
Con esta situación tan compleja para el entrenador, es normal que gente como el ex entrenador del Básquet Manresa (Borja Comenge) fuese capaz de firmar un contrato por menos dinero del que se establece en el salario mínimo de entrenadores con tal de tener una oportunidad al máximo nivel y en su propio país.
 
Hace años era un sueño ser entrenador profesional, hacer de tu pasión una profesión era algo muy difícil pero existía un pequeño mercado donde poder encajar porque aunque fueran equipos amater de liga EBA, algún equipo se encontraba para desarrollar tus ilusiones y sacar un sueldo aunque no fuera muy grande, pero hoy en día es "casi imposible", o debes emigrar para poder seguir disfrutando del básket como profesión.
 
Suerte a todos ellos, suerte a los que aún están aquí y a los que se marchan fuera, y mucha suerte a todos aquellos que aún sueñan con encontrar trabajo en un banquillo. Pero que busquen otra cosa por si tarda en producirse el sueño, porque ya se sabe "los sueños sueños son".
 
   (Raúl Jimenez y Sergio Valdeomillos en sus etapas en ZTE Húngaro y México)