Mens sana in corpore sano

10.04.2014 10:24

    En la sociedad actual el deporte o la actividad física en general cada vez tienen mayor importancia, principalmente por la contrastada relación que existe entre la realización de práctica deportiva de forma asidua y la mejora de calidad de vida.

 

    Es conocido por todo el mundo que la práctica deportiva en edades tempranas es muy enriquecedora, siendo una buena forma de invertir el tiempo libre o de ocio. No obstante, ¿somos realmente conscientes de los beneficios que puede aportarle a los niños/as? Sin duda detrás de la práctica regular de actividad física se deprende una amalgama de aspectos positivos que analizamos a continuación:

 

- A nivel de salud contribuye al desarrollo y la consolidación del aparato locomotor (huesos, articulaciones, tejido muscular, etc.), incrementando los niveles de fuerza muscular, de flexibilidad, equilibrio y de coordinación en los jóvenes. También mejora la eficiencia del aparato cardiovascular. Por otro lado incrementa los niveles de autoestima y salud psicológica. Por último, y no menos importante, ayuda a prevenir el sobrepeso y la obesidad, sobre todo teniendo en cuenta que España actualmente es uno de los países de Europa con mayor tasa de obesidad infantil (sólo Italia, Grecia y Malta están por encima), ya que uno de cada diez niños tiene obesidad y dos sobrepeso.

- Favorece el contacto social.

- La satisfacción que produce el aprendizaje de nuevas destrezas o la mejora de aquellas que ya se poseen.

- El deporte y la actividad física tiene un carácter lúdico y posee además un efecto catártico que ayuda a liberar las tensiones diarias.

- Crea hábitos de práctica y de vida saludable que tal vez continúen en la edad adulta y los aleja de otros que son todo lo contrario como el consumo de sustancias tóxicas.

    Aparte de los beneficios citados anteriormente que conlleva la práctica sistemática de ejercicio, no podemos olvidar por su gran relevancia  los valores positivos que los más jóvenes adquieren en el deporte. Entre ellos podemos destacar: el juego limpio, trabajo en equipo y compañerismo, afán de superación o respeto a las reglas, árbitros y adversarios. En definitiva el deporte es una escuela de valores, ya que es útil como instrumento educativo que favorece la formación integral de los niños/as que le servirá no sólo en el presente, sino en su futura vida adulta.

 

    Llegados a este punto, parece claro que que la actividad físico-deportiva organizada fuera del horario escolar de forma regular con instalaciones y técnicos establecidos es bastante provechoso para los niños/as

 

    Una de las causas principales de abandono del deporte o simplemente de no empezar a practicarlo es el conflicto de intereses, es decir que los padres prioricen otras actividades (normalmente de carácter más académico) que hacen que los chicos/as tengan la agenda completa y no dispongan de tiempo libre. Desde mi punto de vista, hay muchos niños/as en la actualidad que están saturados con numerosas actividades y a veces se olvida que los niños/as tienen que divertirse también jugando, conocer gente y tener la ilusión toda la semana por la competición del fin de semana, y por supuesto buscar un equilibrio psicofísico en su vida cotidiana.

 

    En relación con el apartado anterior, es frecuente también escuchar a padres que sus hijos/as no hacen deporte por el falso tópico de que les resta tiempo para estudiar y conllevaría empeorar sus notas. Al respecto podemos afirmar con fundadas razones, ya que hay numerosos estudios que así lo aseguran, que hay una correlación positiva entre niños y adolescentes que hacen deporte y su rendimiento académico. La realización de ejercicio sirve para oxigenar el cerebro y para reducir el estrés, dos factores fundamentales en el desarrollo de actividades cognitivas y de memoria, también ayudando a crear nuevas células nerviosas que resultan muy importantes para la conexión entre neuronas. En este sentido el deporte mejora el estado de ánimo y disminuye el riesgo de padecer estrés escolar, ansiedad y depresión mediante la liberación de endorfinas (hormonas que producen también un aumento de la concentración), según el estudio publicado en la revista “Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine" sobre 844 estudios analizados al respecto entre 1990 y 2010.

(El baloncesto mejora los estudios)

    Aunque en general la importancia que los padres dan a la práctica deportiva de sus hijos/as va creciendo, todavía es habitual que los niños/as se les castigue, cuando no tienen un comportamiento adecuado, sin ir a entrenamientos o a competiciones, respaldados por el argumento de “que es lo que más les gusta”. En mi opinión es un error, porque creo que hay alternativas más adecuadas para poner un castigo como la “paga semanal”, la televisión o la videoconsola por citar algún ejemplo. Si encima el chico pertenece a un deporte colectivo como el baloncesto, el castigo entonces también se convierte en colectivo.

 

    Demasiado énfasis en los resultados es otra de las causas de abandono, porque a veces no se cumplen las expectativas y produce frustración en los chicos/as. Sobre esta cuestión tanto padres y entrenadores deben restarle importancia a los resultados y hacer hincapié en el buen clima de entrenamientos y en el factor lúdico del deporte, intentando que los chicos simplemente se diviertan practicando su deporte favorito.

 

    Podemos concluir que la actividad físico-deportiva en general y sobre todo en los más pequeños, es una forma de vivir con más intensidad la vida y que puede contribuir a conseguir una sociedad más justa, más sana y más feliz.