La Motivación en el Baloncesto

21.03.2014 14:49
La motivación, podemos considerarla como la intensidad y dirección del impulso que nos lleva a actuar o a cambiar nuestra conducta en un sentido u otro. La realización de cualquier tarea humana está basada en factores motivantes, pueden ser internos o externos, que nos llevan a la actuación. En definitiva es la “gasolina que mueve el sistema” (Ruiz Pérez).
 
Factores internos de la motivación son: 1) la completa implicación en la actividad, 2) que la tarea constituya un desafío y raramente sea aburrida, 3) la percepción de que las posibilidades de realizar una tarea son perfectamente realizables con las capacidades que se tienen, si las habilidades son mayores que la oportunidad para utilizarlas llegará el aburrimiento, y si la dificultad de la tarea es superior a las capacidades del individuo, el resultado será la ansiedad o estrés.
 
Como factores externos encontramos recompensas económicas (primas por partido ganado, becas...), material deportivo, incentivos o refuerzos y estatus social...
 
Centrándonos en la motivación intrínseca (factores internos), será importante la gestión de objetivos para reducir la incertidumbre en los deportistas sobre lo que se espera de ellos, al mismo tiempo que se les proporciona información sobre cómo alcanzar sus metas, todo ello hace que aumenten las posibilidades de conseguirlas y se minimicen los costes.

Para la realización de esta gestión de objetivos tendremos en cuenta:

  • Diseño individual y grupal de metas. Participación individual y grupal de todos los miembros del equipo, buscando la aceptación y el acuerdo en metas realistas.
  • Calendario de objetivos. Los objetivos han de estar diseñados a corto, medio y largo plazo para que sean útiles. Son también más efectivos los que se basan en la ejecución y no en el rendimiento.


La consecución de objetivos o metas hace que el sentimiento individual de competencia aumente, con lo que se incrementará la motivación interna y la autoconfianza, muy relacionada ésta con la toma de decisiones en el juego.


La motivación de un jugador influirá sustancialmente en su nivel de activación. Los niveles de activación adecuados cambian. Unas veces será necesario bajarlos y otras subirlos. Una misma situación será enfrentada de manera diferente por distintos deportistas, no hay una misma fórmula para todos. Por ejemplo, el comienzo de un partido es una situación clara, en el cinco inicial puede haber jugadores que, por ser la primera vez que forman parte de ese quinteto salgan demasiado activados, deseosos de aprovechar la oportunidad, y otros que, por ser fijos y considerar el partido un mero trámite, les falte poco para bostezar..., ni en un caso ni en otro estarán en condiciones de rendir al máximo. 

Un inadecuado nivel de activación provocará descensos en el rendimiento. Por ejemplo cuando estamos nerviosos nuestro foco atencional se estrecha, nuestras señales internas empiezan a hacerse las dueñas de la situación y esto provoca una pérdida de información externa, de lo que pasa a nuestro alrededor, y es entonces cuando las probabilidades de fallar (pases, tiros, decisiones incorrectas, faltas“tontas”,etc) se multiplican.

El trabajo para conseguir un nivel óptimo de activación será en relajación para reducir niveles demasiado altos de activación y técnicas de energización para subirlos.

En resumen el entrenador debe buscar la motivación del equipo para llegar la consecución del máximo esfuerzo individual y colectivo, buscando elnivel óptimo de activación los jugadores, según la situación, que les llevará a la posibilidad de un rendimiento máximo. Pero ¿CÓMO SE CONSIGUE ESTO? La verdad es que no es sencillo dar con la tecla adecuada porque hay que tener muchas variables en cuenta.

Hace un par de años, antes de un partido de nuestro equipo junior, cambiamos la charla técnica del vestuario por la proyección del video que presentamos al final del texto. Este video combinaba imágenes de la película de Braveheart con secuencias de partidos nuestros. Los objetivos que se pretendían conseguir eran:

 

Repasar conceptos tácticos, haciendo hincapié sobre todo en los aspectos que hacíamos bien y salir al partido con una actitud positiva.

 

- Transmitir el mensaje de jugar con intensidad (con corazón) pero también con inteligencia (con cabeza).
 
- Fomentar la motivación para el encuentro y afrontarlo con muchas ganas y confianza en nosotros mismos.
 
En el partido no se consiguió la victoria, fue uno de los dos partidos que se perdió en toda la liga regular. Es cierto que el equipo salió muy motivado e intenso pero tuvimos muchos errores en la toma de decisiones, quizás debido un nivel de activación muy elevado. Prueba de ello fue los tres jugadores expulsados (quizás nos identificamos demasiado con la lucha de los escoceses del video jeje) o las precipitaciones en ataque. La lectura que había que hacer del partido no era negativa (a pesar de la derrota), conseguimos jugar con intensidad que es muy importante, ahora debíamos centrarnos en mejorar nuestras lecturas de juego para ser más competitivos en el futuro.